La cruda verdad sobre las mujeres y la pornografía

Enfrentémoslo. Somos criaturas visuales, y la desnudez nos atrae como mosquitos a una lámpara brillante.

En realidad, no es que sea algo malo. De hecho, Dios creó a los seres humanos de esta manera a propósito. Nos hizo seres sexuales para que podamos experimentar el placer íntimo con nuestras parejas y posiblemente tener hijos un día.

Estamos supuestos a apreciar el cuerpo desnudo. Estamos conectados para desear sexo. No es repugnante; es bello. Desafortunadamente, nuestra cultura lo representa a menudo como si fuese todo lo que existe, en lugar de como el maravilloso regalo que es.

La pornografía en los medios

Recientemente vi un episodio en televisión de un «reality show» que sigue la vida glamorosa de varias mujeres famosas casadas. Puede que conozcan el show del que les estoy hablando, y puede ser adictivo sentarse a verlo frente al televisor.

Durante este show en particular, una esposa ama de casa estaba discutiendo acerca de lo que ella describe como su secreto para su matrimonio de diecisiete años.

Esta persona decía que ambos “trabajaron” para ello e hicieron cosas para “reavivar la llama” incluyendo ver pornografía juntos habitualmente. Luego comentaba que la mayoría de sus amigas no veían pornografía con sus parejas y que ella pensaba que todos tendrían mejores matrimonios si la viesen juntos.

Honestamente no podía creer cuán cómoda ella estaba admitiendo que esta era una práctica habitual en su matrimonio.

Incluso si fuese cierto, la mayoría de las personas no admitirían esto en televisión nacional. Ella no solamente lo estaba admitiendo; lo estaba celebrando e incluso aconsejándolo.

No pude evitar preguntarme: «¿Se está convirtiendo la pornografía en algo socialmente aceptable?«.

Mientras más pensaba acerca de esto, me di cuenta de que el punto de vista de esta famosa esposa acerca de la pornografía puede ser mucho más común de lo que yo pensé. Ella está dispuesta a llamar a la pornografía por lo que es en frente de millones de personas, en lugar de llamarla de otro modo o negar su uso por completo.

La industria de la pornografía

Esta industria de la pornografía es un negocio multimillonario que crece cada día. Atrae más ganancias que todas las cadenas de televisión juntas. De manera que, sí, muchas personas la están viendo; y no son solamente hombres.

Las estadísticas muestran que más y más mujeres están pagando por pornografía también. Aunque muchas no lo admitirán, las estadísticas muestran que la mayoría de las personas han visto al menos un acto sexual explícito, voluntariamente o no, en su vida. L

a pornografía realmente se ha permeado en nuestra sociedad, pero no solamente a través de la industria de la pornografía, aunque sus ganancias sean impresionantemente altas.

A menos de que vivas completamente desconectado del mundo, puede que hayas escuchado de un libro llamado «Las 50 sombras de Grey» y una película al respecto cuya secuela se estrenó hace poco.

Seré honesta: nunca he leído este libro, pero he hablado con amigos que sí lo han hecho. He visto también los avances de la película y, bueno, es un poco subida de tono por decirlo así.

Por favor, no me malinterpreten. Si no eres cristiano, ni veo la razón por la que no habrías leído el libro. ¿Quién no querría leer acerca de un hombre misterioso, extremadamente guapo y exitoso que supuestamente atrae a una joven, inocente e inexperimentada (sexualmente) jovencita a sus pies?

¿Mencioné que ha sido descrita como “gráfica” y como un “placer pecaminoso”? Lo entiendo. De verdad. No me sorprende que haya vendido más de 100 millones de copias en el mundo de acuerdo al New York Times.

Nuestra respuesta como cristianos

Para aquellos de nosotros que somos cristianos, pienso que tenemos que tomar una pausa acá y preguntarnos cómo quiere Dios que respondamos ante todo esto.

Nuevamente, estoy hablando por mí misma aquí. «Las 50 sombras» no es la primera novela erótica ni película obscena que aparece en nuestra cultura, ni será la última.

Cuando leemos novelas llenas de escenas eróticas, nuestros cerebros responden de manera similar a como si estuviésemos viendo un acto sexual explícito.

Para muchas mujeres, se trata de la fantasía. Esa es la razón por la que muchos terminamos leyendo estas novelas. Fallamos, sin embargo, en darnos cuenta de que nos estamos abriendo a una forma de pensar llena de lujuria que no incluye a nuestra pareja, y esto resulta perjudicial para nuestros matrimonios.

¿Qué nos dice la Biblia sobre pecados de impureza como la pornografía?

En Mateo 5:28, Jesús nos hace una advertencia sobria acerca de la lujuria diciéndonos:

«Pero yo les digo: Quien mira a una mujer con malos deseos, ya cometió adulterio con ella en su corazón”.

Lo mismo aplica para mujeres viendo con malos deseos a otros hombres. Nos decimos a nosotras mismas que es inofensivo porque no nos vemos comprometidas en el acto, pero Jesús claramente eleva los estándares para los cristianos acá y dice que el pensar acerca de ello es tan ofensivo como hacerlo.

Jesús no nos dice esto para hacer nuestras vidas más difíciles; Él está intentando enseñarnos como proteger nuestra mente y nuestro corazón de los pecados sexuales.

Como esposas cristianas, estamos llamadas a sólo tener ojos y deseos para nuestros esposos. Al permitirnos tener malos deseos que provienen de películas y libros que están llenos de contenido sexual, pero parecen inofensivos, estamos entrenando a nuestras mentes y corazones para estar insatisfechas con nuestras propias vidas sexuales.

Es tan fácil comprometer nuestras creencias cuando se trata de esto. Yo también he leído de más, visto por más de un rato y he pensado al respecto por más del tiempo que debería.

Eso es exactamente lo que la lujuria hace en nosotros. Parece inofensiva a veces, pero es un acto sutil de desobediencia que nos lleva por el camino de la inseguridad y del vacío, sin mencionar el de las relaciones rotas.

A lo largo de nuestro ministerio de matrimonios, mi esposo y yo hemos conversado con parejas que están considerando el divorcio. Cuando intentamos llegar a la raíz de sus problemas matrimoniales, a menudo nos comparten que no han tenido momentos íntimos desde hace meses o incluso años.

Salir de la lujuria y pornografía

En muchas de estas situaciones, el esposo veía frecuentemente pornografía y su esposa llenaba el vacío con novelas, películas o noches de amigas. Habían perdido el interés en el otro, y se consideraban a sí mismos como “desenamorados”.

Lo que fallaban en identificar era el denominador común… lujuria. Habían dejado de desearse mutuamente, así que se veían tratando de llenar sus deseos sexuales en alguna otra parte.

A veces, estos esposos y esposas terminarían teniendo aventuras emocionales o físicas, que solamente complican el camino a la sanación de la relación.

No estoy compartiendo esto para intentar hacer sentir a alguien culpable o desesperanzado. Dios nos ama y nos entiende. Perdonará al arrepentido. Hay esperanza.

He visto esposos salir de adicciones ocultas a la pornografía y encontrar una manera de curarse y de restaurar sus matrimonios.

Conozco esposas que se han alejado de ese estilo de vida lleno de lujuria y matrimonios sin amor para descubrir que pueden tener matrimonios completamente satisfactorios en todos los niveles con la bendición de Dios.

No aceptamos todo lo que nuestra cultura nos presenta como socialmente aceptable.

Si queremos que nuestros matrimonios sean fuertes, debemos girar nuestros corazones y mentes a Dios y Él nos ayudará a evitar que nuestras mentes, ojos y corazones deambulen. Él bendecirá todos los aspectos de nuestros matrimonios, incluyendo el sexual.

No necesitas pornografía o alguna novela inventada para reavivar tu matrimonio.

Así que, mantengamos personajes de películas, fantasías de novelas vacías y escenarios ridículos de pornografía fuera de nuestro dormitorio y disfrutemos la bella unión íntima que podemos tener con nuestra pareja.

Traducido por: María Vanegas, Ingeniero. Publicado originalmente en: Ashley Willis’s Blog