Una esposa infeliz significa un matrimonio infeliz y no saludable

Un buen amigo mío una vez me contó una historia de su matrimonio que jamás olvidaré. Tarde en la noche, antes de irse a dormir, se acostó junto a su esposa. En ese momento, todo parecía ir a su manera, y recuerda haber pensado en lo maravillosas que habían sido las cosas.

En un momento de honestidad emocional que suele ser bastante raro entre los hombres en el matrimonio, él le dijo a su esposa:

«Sabes, nunca he sido más feliz de lo que soy en este momento».

¡Ella se echó a llorar!

Él le preguntó qué era lo que estaba mal, y ella sollozó aún más, derramando lágrimas sobre su almohada, y tan solo dijo.

«Nunca he sido tan infeliz».

Esta simple conversación despertó a mi amigo a la realidad de su matrimonio y transformó su relación. Mi amigo nunca supo cuán infeliz se había vuelto su esposa porque nunca se había tomado el tiempo para preguntar.

Hombres, no asuman que su esposa es feliz sólo porque usted es feliz.

De hecho, esto es lo que quiero que entiendas: no eres un esposo exitoso hasta que tu esposa dice que lo eres.

Una esposa feliz

El verdadero termómetro de un matrimonio feliz y saludable es una esposa feliz y segura.

¿Por qué? Porque el rostro de una esposa revela el verdadero carácter de un hombre. Cuando ves a una mujer golpeada y vulnerable, estás viendo el reflejo de un hombre que está herido y que hiere a los que ama. Este es un hombre que se niega a aceptar su responsabilidad ante Dios.

Pero cuando ves a una mujer que respira confianza y seguridad, una mujer cuyos ojos brillan con gloria, una mujer de equilibrio y belleza y seguridad en sí misma, estás viendo el reflejo de un hombre que entiende lo que significa amar y apreciar a su amada esposa como Cristo ama a la iglesia (Cfr Efesios 5,25).

Jesús lo dio todo por nosotros, dando su vida para que podamos tener una relación con Dios. Él no retuvo nada, y Dios le ordena a los hombres que no retengan nada cuando se trata de sus esposas.

Se espera que un esposo piadoso dé su vida para llevar a su esposa a todo su potencial ante Dios. Él no debe guardarse nada.

Un día, todo hombre se presentará ante Jesús y dará cuenta de su vida y yo espero completamente una pregunta como esta:

«¿Cómo trataron a las mujeres preciosas que puse en su vida?»

«¿Cómo trataste a tu esposa e hijas?»

Matrimonio feliz: esposa feliz

Si me hubieran hecho esa pregunta hace casi cuarenta años, habría inclinado la cabeza avergonzado. Afortunadamente, Dios alcanzó mi corazón y cambió mi vida.

Hoy, el hombre en el que me convertí se refleja en la mujer en que mi esposa Karen se ha convertido. Ella irradia equilibrio y confianza, y Dios está haciendo grandes cosas a través de ella.

Hombres, se nos ha dado una responsabilidad increíble. Dios nos ha confiado con nuestras esposas, una de sus posesiones más preciosas.

Nos ha dado una responsabilidad extraordinaria y una tarea de enorme importancia, no lo tomemos a la ligera.

¿Es tu esposa feliz y segura? Si no sabe la respuesta a esta pregunta de vital importancia, es hora de preguntar.

Traducido por: Qriswell J Q, Escritor Católico. Publicado originalmente en: Marriage Today